Nicolás Martínez Cerezo (Madrid, 1958) es un artista verdaderamente singular, que ha dedicado una vida entera a la creación. Tras unos tempranos comienzos en la última etapa de La Codorniz, alcanzó su época de mayor éxito en las revistas infantiles de humor de los años ochenta, primero en Bruguera y después, tras la quiebra de la editorial, en Ediciones B. En cabeceras como Pulgarcito, Tío Vivo y, sobre todo, Zipi y Zape, desarrolló a sus personajes: “Don Marino y su Submarino”, “Maladona el futbolista chino” y, por supuesto, “La Gorda de las Galaxias”. Convertida en icono y personaje de culto, la Gordi fue su creación más popular y recordada, una exaltación de la libertad, la diferencia y el amor sin barreras, que sobresalía con su explosión de color entre las páginas de los semanarios que la albergaron.
Entre 1983 y 1988, Nicolás Martínez Cerezo, firmando simplemente como ‘Nicolás’, entregó regularmente las historias de la Gorda de las Galaxias, apoyado por las mujeres de la redacción de Zipi y Zape, pero incomprendido por la mayoría, una postura que, finalmente, expulsó al autor de las revistas y de la actividad profesional. Acababa así la breve etapa de reconocimiento de Nicolás y comenzaba otra, la más heterodoxa. Convertido en un artista prácticamente marginal, continuó escribiendo y dibujando sin parar, desde el piso de la madrileña colonia de El Viso en el que nació y en el que ha vivido casi toda su vida. Novelas, enciclopedias, colecciones de aforismos, homenajes a sus ídolos y referentes, collages, historietas e ilustraciones; a excepción de algunos proyectos autoeditados, como Los tebeos del Bollo (1997-2002) —junto con Rebote—, y colaboraciones puntuales en fanzines como Amaniaco o Fanzipote, la inmensa mayoría de la obra de Nicolás jamás ha visto la luz, más allá de circular entre un reducido grupo de incondicionales y amigos, con los que el autor ha mantenido un intenso intercambio epistolar. Solo la labor de Matraca Ediciones ha comenzado, a partir de 2018, a publicar gran parte de su obra literaria, así como a reeditar sus historietas.
En esta exposición se propone la recuperación de una parte de la obra de Nicolás Martínez Cerezo desconocida: una selección de sus viñetas de humor gráfico. En su mayoría material inédito, estas viñetas muestran una faceta de Nicolás más adulta y reflexiva, que no renuncia por ello a sus claves estilísticas y temáticas. Impregnadas de un cierto sentimiento tragicómico de la vida, se insertan en la tradición del humor gráfico español y exploran la realidad desde diferentes ópticas, que han permitido organizarlas en cuatro ámbitos: el humor absurdo, el humor negro, el humor crítico y los homenajes.
La propia naturaleza inédita y anárquica de la producción de Martínez Cerezo dificulta la datación de estas viñetas, aunque pueden clasificarse en dos etapas diferenciadas. Las imágenes a color pertenecen a sus comienzos, en los años 70, y responden al estilo gráfico sintético y suelto que imperaba en aquellos momentos, con referentes como Jaume Perich, Manuel Summers o Miguel Gila. Las viñetas en blanco y negro, todas se encuadran en los años 90, una etapa de madurez artística en la que Nicolás había desarrollado ya un grafismo propio, profundamente original, que se miraba en las vanguardias históricas y que escapaba de las modas del momento, libre de los condicionantes de un mercado al que ya no pertenecía. Realizadas por puro gusto y necesidad de expresión, suponen una muestra del mejor trabajo realizado por Nicolás Martínez Cerezo, y una puerta de entrada a su obra que sorprende por su lucidez y vigencia universal.