El Premio Cervantes es considerado como el galardón literario más importante en lengua castellana, y está destinado a la obra global del autor cuya contribución al patrimonio literario haya sido decisiva.
Eduardo Mendoza, a sus 74 años, recibió el premio Cervantes 2016 y aseguró que nunca esperó tal premio, especialmente porque en sus escritos ha practicado el género humorístico, el cual “a menudo y de un modo táctico se considera un género menor”, aunque él no lo ve así.
En su discurso de agradecimiento, hizo siempre hincapié en la importancia del género humorístico, y prosiguió diciendo: “Quiero pensar que al premiarme a mí, el jurado ha querido premiar este género, el del humor, que ha dado nombres tan ilustres a la literatura española.”
También comentó con detalles las veces que leyó el Quijote y el diferente enfoque que le fue dando en función de la etapa que vivía. Y es que no fue hasta en la tercera lectura que admiró otro tipo de humor de la novela. “Un humor que no está tanto en las situaciones ni en los diálogos, como en la mirada del autor sobre el mundo. (…) Una vez establecido el vínculo, pase lo que pase y se diga lo que se diga, el humor lo impregna todo y todo lo transforma”.
Para terminar, recalcó que “Vivimos tiempos confusos e inciertos (…) Un cambio radical que afecta al conocimiento a la cultura, a las relaciones humanas, en definitiva, a nuestra manera de estar en el mundo”, pero promete seguir siendo el que siempre ha sido: “Eduardo Mendoza, de profesión, sus labores”.
Y nosotros, así esperamos que sea.
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