Hace apenas unos días falleció en La Habana uno de los caricaturistas iberoamericanos más destacados del pasado siglo. Juan Padrón, creador de múltiples personajes del mundo animado, consiguió postergar su presencia más allá de la muerte gracias a su incalculable trabajo en el mundo de la gráfica y el cine. Por muchos años fue caricaturista del suplemento de humor gráfico dedeté donde dejó su sello inconfundible como atinado dibujante e historietista.
Después su trabajo se dirigió al cine donde creó el personaje más popular de todos los tiempos en Cuba: Elpidio Valdés. Un simpático e indoblegable mambí que hizo las delicias de todos, allá por los años setenta y hasta los días de hoy, que se disfruta como en el primer día.
Varias películas fueron protagonizadas por este personaje. Luego surgieron los Vampiros en La Habana, y otros remake de vampiros, que se hicieron populares en muchos rincones del mundo, incluido España, donde se disfrutaron con gran aceptación del público ibérico.
Juan Padrón fue también amigo y colaborador de otro grande de Iberoamérica, Joaquín Salvador Lavado (Quino), el creador de la mundialmente famosa Mafalda. Padrón fue el principal animador de esta suspicaz niña y de sus amigos nacidos del pincel de Quino. El artista argentino y el realizador cubano fueron grandes amigos y visitaron varias veces la Fundación de la Universidad de Alcalá de Henares, que siempre los tuvo entre sus huéspedes de honor.
Hoy Juan Padrón nos dice adiós pero su recuerdo y sus dibujos quedarán por siempre en la memoria de todos. Sus amigos de Alcalá de Henares, y de toda Iberoamérica, lo recordarán como el gran artista que fue, el hombre amigo, simpático y laborioso que siempre tuvo una sonrisa como saludo.
A este gran hombre de la gráfica mundial no le decimos adiós. Simplemente le decimos como suele decir su eterno personaje Elpido Valdés, en cada uno de sus animados: ¡Hasta la vista, compay!
– Por Jorge Alberto Piñero, JAPE
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